25 abril, 2024

Recién se estrena la versión live action de El Rey León y créanme que es espectacular, tanto es el grado de impacto sobre la audiencia que derramé algunas lágrimas a mitad de la función por culpa del amor entre Simba y Mufasa. Malditos, esperamos casi tres años para ver la nueva versión de la película y ahora que se estrena solo hieren mis sentimientos y el de toda una nación. Ya no te quiero, Disney. No te creas, ¡te amo!

La película narra los mismos acontecimientos de su homónima del 94, pero, ahora ver cada detalle del pelaje, la cola, ojos, el caminar de los animales, sus músculos y rugidos,  nos hacen saber que el cine y los efectos especiales lo pueden todo. Es una versión de realismo nunca antes visto en la pantalla grande.

Escuchar la música y las canciones mientras vemos el recorrido de cada personaje, es un viaje al pasado que nos hace recordar cuando éramos unos niños, sentados en el sillón de la casa o en la cama viendo una y otra vez las aventuras de Simba y compañía.  Claro que no es lo mismo, pero sí hay un nudo en la garganta cada vez que suena una canción y vemos una escena icónica de la historia. Nostalgia pura.  

Hay una escena que me marcó muchísimo; cuando Mufasa está viendo el horizonte, a punto de darle un consejo a Simba, le habla y Simba temeroso por el regaño que esperaba por parte de su padre, se encamina y en el trayecto pisa la pisada de Mufasa, se detiene y la observa  unos segundos apreciando la magnitud del tamaño de la pata del rey de Pride Lands. Es una simple pero magnífica escena en la que se puede suponer que Simba está consiente sobre todo el camino de vida que le falta por recorrer y aún le falta mucho por aprender. Magnífica escena.

Mi opinión es meramente positiva, no voy a buscarle más a donde no hay. Es una película genial, llena de amor, consejos, aprendizaje y con mucho toque de nostalgia. Como consejo les digo de una vez, antes de ir a verla por favor lleven sus servilletas, porque van a llorar.

Por cierto, Skar fue mi personaje favorito por muuuuucho y la voz de Chiwetel Ejiofor (qué bueno que lo tengo que escribir, porque pronunciarlo es casi un trabalenguas) le da un toque único y una personalidad de miedo.

Vayan a verla este fin de semana a fuerzas, llévense a toda su familia, papás, hermanos, abuelos, tíos, primos y amigos. Sé que es una experiencia que disfrutarán bastante y serán las mejores dos horas invertidas este fin de semana por mucho… si no es que ya tienen otros planes con alguien de por ahí…

Déjenme sus comentarios y platíquenme de qué más quieren que les hable en estos días.

Los quiero…grazie mille, amici.  

“La música es vida, la vida es música”. 
– Daniel De la Garza
Instagram: @danieldelagarza18

About Author